1ª Parte -> http://cosas-mias-o-de-mi-cabeza.325549.n3.nabble.com/Que-pasa-si-un-dia-td1775699.html
Me llamo David… Todavía no habían terminado de retumbar estas palabras en mi cabeza y en el salón, abierto ahora al no existir paredes y extender su espacio a las calles del exterior.
Me llamo David… Que locuaz macho, me repito, que locuaz.
Esta claro, esta chavala te suena. Evidentemente la que tu conoces no es policía, ni nada de eso. Pero sin lugar a dudas su nombre y ahora que observas su rostro más detenidamente, la reconoces. Es una chica con la que te enrollaste una noche de amor despechado, una noche… pero tu jodida memoria fotográfica no te deja olvidar, es su cara y además su nombre.
Bueno, por fin te subes los jodidos pantalones y cuando aun no has terminado de hacerlo la policía te esta esposando. Estas detenido, ¿porque? No lo sabes. Decides preguntárselo.
– ¿Perdone Agente por qué demonios estoy detenido?
– Por infringir dos artículos, el 1560 y el 234.
Te quedas igual, así que decides volver a preguntar:
– ¿ Y que artículos son esos agente?
En ese momento la agente cambia su gesto de cara y sus bellos rasgos se distorsionan, finalmente sensiblemente alterada me responde:
– ¡Como que no conoce los artículos ciudadano! Esta infligiendo el articulo 126.
A lo que le respondo:
– Perdone mi ignorancia agente, pero espero que todo esto sea un sueño, no entiendo nada.
– ¡Un sueño dice ciudadano! Acaba de decir que desconoce la ley, no tiene identificación digital y además se encuentra en una zona prohibida al acceso. Usted va a tener que dar muchas explicaciones señor…. — La policía se para y se mira el brazo, busca algo…– ¡Maldita sea! ¿¡Como se llamaba ciudadano!? ¡No sale en la base de datos!
– David, agente. David.
La policía gira la cabeza y me mira fijamente a los ojos. La mirada no es precisamente de aprobación. Finalmente termina de colocarme las esposas, esposas que no responden al aspecto al que estaba acostumbrado a ver. De hecho estas funcionaban con una especie de campo de fuerza, no sentía dolor, pero realmente tenia las muñecas totalmente inmovilizadas, como si estuviesen congeladas dentro de un trozo de hielo, pero sin frío.
A continuación me indica que vaya hacia la aeromoto. Ahora más de cerca puedo observar que el aparato es increíble. Estaba levitando en el aire, solo se podía percibir una leve perturbación bajo la maquina, no desprendía calor y apenas generaba ruido. El tamaño no era muy grande, lo primero que me pregunte era donde cojones me iba a llevar arrestado la policía. Esta duda no tardo en resolverse.
Justo cuando estábamos junto al artefacto, la agente se inclino sobre lo que parecía un panel de mandos, en cual momentos antes no había nada, pero que justo cuando se aproximo se dibujo en el todo tipo de interfaces tridimensionales. En una de estas uno de los dedos de la policía toco algo, parecía una representación de la aeronave, pero de diferente forma. La agente cuando termino de oprimir este llamemosle botón, se giro sobre si misma y me dijo:
– Por favor ciudadano aparte.
De la misma forma me alejo del aparato un par de metros. Lo que después ocurrió solo fue el comienzo de una serie de eventos maravillosos que ninguna mente podía haber imaginado antes.
En un instante la aeronave, comenzó a emitir luz desde su interior y comenzó a desmontarse de manera automática. En apenas segundos una protuberancia surgió del lateral de la aeronave. Finalmente, no podía creerlo, aquel artefacto duplico su espacio útil, permitiéndome viajar junto a la bella policía en su flamante moto. Como si una motocicleta con sidecar fuese, y como el padre de Indiana Jones viajaría por los cielos de una Málaga post apocalíptica.
– Suba ciudadano.
Y subí, después ya allí ella hizo lo mismo. Activo otra interfaz y la maquina subió su volumen. La luces volvieron a iluminar el salón devastado de Mika, y el artefacto empezó a subirnos hacia arriba con una suavidad placentera. En ese momento la policía se coloco de nuevo el casco, ya puesto pulso un nuevo botón, que activo una especia de cobertura y unos cinturones en mi plaza. Después la dulce voz de la policía me volvió hablar, esta vez la escuche a través de unos altavoces del habitáculo.
– Ciudadano, sera un viaje de unos 40 minutos, estamos lejos de la comisaria mas cercana. Cuando lleguemos sera encarcelado hasta proceder a su puesta al juez de guardia.
Encarcelado. Encarcelado. Encarcelado. Bonitas palabras, palabras que no dejaban de resonar en mi cabeza, como el ruido del aire a chocar contra la aeronave. Veía como se alejaba el piso de Mika, el barrio del Perchel… mi DS. Lo que estaba viendo era impactante, la devastación era bestial. ¿El mar donde estaba? ¿La ciudad?
¡¿Pero que cojones hago yo aquí?! ….
«CONTINUARA CUANDO SE ME OCURRAN MAS PARANOIAS :D»
David Gámiz Jiménez