Al principio pensé en los camiones. Masas grandes y peligrosas, ya de por si, pero aun más ante un caso de peligro en la carretera. Este caso me apasionaba, pues mi abuelo era camionero y además de pequeño yo quería ser lo. También me atraía la idea de dar algo a mis antepasados mas cercanos, que les llegara. Aunque la ultima razón para no elegir rediseñar el concepto de camión de carretera, fue la complicación que surgió buscar una forma de reducir la carga estándar actual para así hacerlo más seguro. Esta es de unos 30.000 Kg, y este fue el principal problema. La idea era reducir los volquetes y estudiar las formas de colisión para controlar las deformaciones en caso de choque con vehículos más pequeños. Pero la magnitud del proyecto acabo siendo su final.
Pero cómo puede existir una diferencia de elementos tan grande como la siguiente: Un Renault Twingo y un camión «gigante» de la misma casa: el Renault Magnum. Imaginemos, solo por un momento, como interactuarían los elementos anteriores en un caso de choque. Entonces: ¿realmente alguien, dentro de la industria o de la administración, se plantea el hecho de que, estos vehículos, no funcionan con garantías en caso de emergencia? La conclusión es que el fenómeno del transporte no funciona todo lo bien que cabria pensar. Podríamos decir que la circulación vial necesita un fuerte rediseño, o dicho de otra manera: La circulación vial esta mal diseñada. Deberían, plantearse optimizar los impactos para que sean lo menos enérgicos dentro de la naturaleza de cada vehículo, en función de los tamaños máximos y mínimos de los vehículos, para ello habría que normalizar estas variables.
También nacieron ideas aun más descabelladas, pero interesantes, como: Salvar vidas en un avión en caso de fallo en vuelo. Para este surgieron varias ideas, de las cuales, la más realista fue la que sigue. Dividir el pasaje por zonas, que se desprenderían como «balsas de salvamento» con paracaídas en cada una de sus cuatro esquinas y que se soltarían del fuselaje del avión de una forma especifica(según modelo) en caso de fallo en vuelo. El caso de fallo en despegue o aterrizaje seria otro caso diferente a abordar, además de mucho más complejo de solucionar, pues aquí el tiempo limite y el fuego juegan muy en contra. Con todo se puede abordar el tema del combustible y su extinción o evacuación rápida, en estos casos. De todas maneras pasaría por un rediseño profundo del actual modelo y concepto del aeronave comercial.
Durante todos estos planteamientos surgió otra pregunta aun más apasionante que las anteriores: ¿Como valoramos la seguridad en los vehículos en los que nos transportamos? La pregunta es: ¿Si este vehículo nos asegura más que este otro, pagaría más? La respuesta sin duda, seria si en casi todos los casos. Y en el caso de: madre con hijo y de clase media(Es decir con dinero), la respuesta seria afirmativa, seguro, en un total de los casos. Es decir, ¿valoramos la vida en función de a quien protegemos? en termino de dinero, me refiero. La respuesta es si. Entonces conviene invertir, gastar dinero en seguridad. La lógica nos diría que si.
Concretando, puede la universidad aprovecharse de este vacío y sacar ventajas: crédito social, crédito económico… La cuestión es; estamos desaprovechando una gran veta de grandes proyectos, basados en la mejora del factor de supervivencia en transportes civiles. Puede parecer descabellado, pero salvar vidas no es lo suficientemente alentador.
Para realizar estos proyectos utilizamos en la mayoría de los casos programas comerciales con licencias cerradas, yo propongo en este proyecto y en la búsqueda de mejorar también este aspecto, utilizar Software libre, pero habrá gente que se pregunte: ¿Porque utilizar otros programas cuando ya se supone que nos han enseñado a usar unos programas específicos en la titulación?
La primera razón seria por la legalidad. Los programas de software libre son libres en su totalidad, que no gratuitos. Al decir que no son gratuitos, se dice, que estos trabajos no están en un circuito comercial. Son libres porque se dan sin obligar al usuario a tener que pagar en un futuro. Veámoslo con un ejemplo:
«Es como si yo te regalo una llave X, para ello tienes que comprar después una cerradura X, para poder usarlo. El software libre te da la llave pero además los planos para construir la llave y la cerradura.»
Por lo tanto no hay ni trampa ni cartón. Y tu te preguntaras ¿donde esta el beneficio? Pues depende del proyecto de software libre. Pero en general, el beneficio es comunitario, en forma de la mejora constante y desinteresada de dicho proyecto, haciéndolo mejor y más funcional por los usuarios que lo usan o lo necesitan.
Ahora, veamos algunos casos prácticos para comprender sus ventajas:
Instalarlos en cualquier maquina. Y no pagar por cada programa instalado.
Hacer con ellos lo que se quiera. Para hacer trabajos o proyectos propios y legales. No como ahora, al tener un programa de CAD de forma ilegal, nuestro trabajo «no es nuestro» y además si vendemos el trabajo sera ilegal.
Poder modificarlos en su totalidad, pues se permite acceder a sus tripas. Modificar el programa en su aspecto, funcionamiento o adaptarlo a nuestras necesidades.
Otra razón seria por apoyar el trabajo laborioso y desinteresado de esta «gente». Y conseguir con nuestro uso una mejora del programa, con tan solo aportar nuestro feedback al programador o programadores.
Y por ultimo y no menos importante, por el conocimiento que albergan los programas en si, en forma de tecnología. Y del que pueden surgir de ellos, al usarlos o crear otros a raíz de ellos. Para crear o expandir técnicas o lo que es igual conocimientos, y que estos pasen a la cultura como las ecuaciones de Furier o la campana de Gauss, para beneficio de la sociedad.
No en vano, como ingenieros necesitamos influir en la sociedad, aportar nuestro trabajo para la mejora del grupo. La necesidad que tiene el Diseño Industrial, como ingeniería técnica, es la de diferenciarse, destacar si así quiere verse. ¿Para qué?, para que tenga sentido, para que se use, para que forme parte activa de la gente, de la sociedad.
Mediante ideas innovadoras, nuevas formas de abordar problemas, pero reales, intentaremos arrojar alguna esperanza al ciudadano, ofreciéndoles mayor seguridad en el que quizás es su medio de transporte más utilizado.
Llevar a cabo estas ideas, no estará exento de inconvenientes por la dificultad del fin buscado. Pero los inconvenientes solo son la antesala del avance, del éxito común. En este sentido el utilizar el software libre, al principio no estará exento de problemas, pero la aplicación y el aprendizaje de los mismos reforzara la fuerza del proyecto, de la ingeniería y de la ciencia. Más adelante cuando pasemos el periodo de aprendizaje, mas adelante el uso de esta filosofía informática ayudara a crear más y más proyectos con total libertad y sin barreras económicas o legales en formas de licencias restrictivas. Solo con la inversión del esfuerzo propio dará como resultado que lo que antes era complicado y ajeno, al final sea nuestro y para todos, y a la vez de nadie, como el conocimiento adquirido en la aulas, nuestro, de todos y de nadie.
Mediante el conocimiento, podemos sin lugar a dudas, mejorar la seguridad en el transporte civil, un área de innovación fértil, sin explorar en profundidad por la ingeniería, responsabilidad de nosotros más que de nadie. Así propongo desde la más plena consciencia y humildad que ayudemos a futuros compañeros a indagar y ahondar más en este área, de la cual solo se ve la punta del iceberg.
Con el fin de crear un concepto novedoso, pero realista, nos hemos embarcado en este proyecto. Con el convencimiento de que, aunque su envergadura supere el marco del proyecto fin de carrera y al propio ingeniero, sera realizable y llevado a su terreno natural, el asfalto de nuestras calles y grandes vías.
Añadir, además del convencimiento, el compromiso de probar la funcionalidad y el uso del software libre en el ámbito de la ingeniería, en este caso especifico en el Diseño Industrial. Mostrando todos los programas utilizados, la gama de los mismos, los usos que les daremos y los mayores inconvenientes surgidos. Con la finalidad de servir como guía de inicio para las necesidades de nuevos usuarios o proyectistas futuros.
Pero volviendo al suelo, a la realidad, a lo realizable dentro de las posibilidades presentes y a lo que nos ocupa, la elección final fue la de mejorar la seguridad actual de los autobuses. Porque los conozco muy bien, 8 años de uso casi continuo y de los planteamientos surgidos dentro de ellos y lo más importante, las muertes de seres humanos ocurridas dentro de ellos, evitables, bajo nuestro punto de vista, no por causa de un mal diseño, si no por lo arcaico del mismo. Anclado, como muchos diseños técnicos, en la deriva histórica. En el inmovilismo industrial.
Para culminar, por qué no menos que un ingeniero, estudiante producto de una sociedad «avanzada», la actual, fruto de los conocimientos más puros, basados en la ciencia, «religión» basada en la limpieza del saber, aséptica y neutral forma de ir más allá, para intentar mejorar el concepto actual y poder mañana subir a un autobús con algo más de seguridad.
David Gámiz Jiménez