España contra Cataluña… Cataluña contra España… Cataluña contra Cataluña… España contra España…
Europa contra España… España contra Europa…Estados, grupos de estados, territorios, grupos de territorios… pueblos o grupo de pueblos.
Gentes o ciudadanos contra gentes diferentes y otros ciudadanos.
¿Somos tan diferentes, acaso, en el 2014? ¿Como para estar «convencidos» de que debemos estar separados?
Búsqueda de soluciones a los problemas de las personas, de las gentes, de los ciudadanos… ¿Soluciones perfectas?
Tengo tantas preguntas, tantas dudas…
Alguna conclusión y alguna certeza también.
El desconocimiento y la manipulación de como «nos ven» desde dentro/fuera a los catalanes o al resto de España es cuanto menos demencial.
Aun peor son los simplismos desde las minorías extremas de ambos bandos.
Hasta aquí los ciudadanos más viscerales de ambas posturas extremas.
Ara entremos en los matices, en los que están en medio de estas posturas.
Hay mucho nuevo independentista… también mucho nuevo españolista… también mucho nuevo radical…
La situación de desamparo político y las condiciones de vida han empeorado. Las inercias de como vivíamos, han empujado a muchos ciudadanos al escapismo, a la alarma y al sálvese quien pueda.
La expresión máxima de esto lo podemos encontrar en Cataluña. Donde para muchos la salida es la independencia.
Y da igual si se puede o no, o si solucionara o no. Solo mejor esto, que estar así.
A mi personalmente no me parece la elección adecuada y así lo comparto con tantos y tantos amigos de aquí y de allá.
No puedo entender en el escapismo la solución, y menos en el agravio.
Cuando máxime los que me venden la idea, no paran de mermar y empeorar aun más las condiciones que nos han llevado a esta situación.
Aun peor cuando veo como las posturas se enquistan… o como se pierde energía y fuerza en una lucha de banderas que bien data de la época de la revolución francesa.
Las banderas no nos arreglaran nada, lo siento. Nosotros mismos si no cambiamos, si no hacemos las cosas de forma diferente no conseguiremos mejorar.
Y mejorar por más implicación social, día a día. Más participación política en todas la áreas de la sociedad. Que más gente se señale y de la cara. Y que menos piensen en soluciones rápidas y mágicas, donde su nivel de implicación real este más cerca de 0 que de 100.
Que a bastantes iluminados hemos tenido que aguantar a lo largo de la historia de Cataluña, de España, de Andalucia y de la madre que nos pario.
Cuando nosotros todos, la mayoría, vamos a madurar y vamos a tomar los problemas propios por los cuernos. Cuando vamos a dejar de esperar que venga alguien y nos solucione la papeleta.
En este aspecto he de aplaudir a esa parte de la sociedad catalana, progresista en un gran numero que se esta movilizando, que se esta involucrando.
Y me siento esperanzado porque como todo en la vida, al final toda acción generara una reacción. Pero el tiempo de si España si o no… o de si Cataluña independiente o no, no ha llegado… pero si ha llegado el momento de subir de nivel la calidad democrática y de la política de esta España del 78.
Estamos en el tiempo de lucha para poder vivir con dignidad, que significa algo más que pedirlo. Si no que hay que lucharlo. Y la lucha se encuentra, y siempre se ha encontrado, en las instituciones democráticas y publicas que nos hemos dado.
Debemos «asaltar democráticamente» con votos: ayuntamientos, concejalías, diputaciones, mancomunidades, gobiernos autonómicos y centrales, el parlamento europeo, el consejo europeo… luchar contra los lobbies de poder con lobbies ciudadanos… hacer que la justicia se justa y representativa del pueblo…
Ahí esta la GRAN VICTORIA. En el GRAN VOTO. Pero no solo en un tipo de votación. Si no en muchos, muchos tipos de votaciones.
Y en esta lucha, cuanto más estemos. Cuanta más pluralidad. Más fuerza tendremos.
Mientras estemos perdiendo energías y además posiblemente cansando a las personas susceptibles de ser la clave del cambio del futuro. Este tardara más en llegar.
El futuro debe ser de las clases medias trabajadoras y nosotros debemos dar al poder a nuestros iguales.
Y sin perder nunca más de vista el respeto a nuestra casa común, la tierra.
PD: En estos momentos, mientras escribo, escucho a un grupo de chavales gritan «ESPAÑA, ESPAÑA!»… no se si preocuparme o que… que estamos haciendo con la juventud… ellos que se aferran a cualquier cosa que sea clara y que les ayude a definirse en un momento dado de su crecimiento… ellos que culpa tienen de que los adultos otra vez no sean capaces de ser serios y civilizados. En esta búsqueda de confrontación sin sentido… triste pero cierto.